DIOS NO CAMBIA SU PALABRA

Sura 2:106 No abrogamos un versículo ni hacemos que se olvide, excepto que traemos uno mejor o similar. ¿Acaso no sabes que Alá es poderoso sobre todas las cosas?

Sura 10:64 Para ellos hay buenas nuevas en esta vida y en la otra. No hay cambio en las palabras de Alá. Eso es la gran conquista.

Sura 15:9 En verdad, somos Nosotros quienes hemos hecho descender el Dhikr (es decir, el Corán) y, ciertamente, lo protegeremos.

¿Cómo puede el Dios omnisciente, que lo sabe todo y conoce el futuro, cambiar Su Palabra o olvidar Su Palabra? ¿Puede acaso Su profeta olvidar Su Palabra? Si fuera así, ¿cómo juzgaría al mundo en los últimos días? ¿No puede el Dios todopoderoso hablar perfecto desde el principio sin necesidad de mejorar Su Palabra? ¿Necesita Dios pasar de lo bueno a lo mejor cuando Él es todo perfecto? Dios se declara inmutable en la Torá y en la Biblia:

Malaquías 3:6 Porque yo, el SEÑOR, no cambio; por eso vosotros, hijos de Jacob, no habéis sido consumidos.

Salmo 89:33,34 Pero no quitaré de él mi misericordia ni usaré de falsedad en mi fidelidad. 34 No quebrantaré mi pacto, ni mudaré lo que ha salido de mis labios.

Santiago 1:17 Toda buena dádiva y todo don perfecto provienen de lo alto, descienden del Padre de las luces, en quien no hay variación ni sombra de cambio.

Me gustaría mencionar que cuando Dios creó a Adán, lo bendijo. Cuando Adán pecó, merecía una maldición porque el pecado trae maldición. Pero Dios no podía cambiar Su bendición maldiciéndolo, así que maldijo la tierra en su lugar. Cuando Caín nació, la Biblia no menciona que Dios lo bendijera, pero cuando mató a su hermano, entonces Dios lo maldijo. De esto podemos ver que Dios no cambia en absoluto ni cambia Su Palabra.

Es un hecho bien conocido que los reyes no pueden alterar sus palabras, como el rey Darío (Daniel 6) cuando promulgó un decreto de que, si alguien pedía algo a cualquier dios y no a él, sería arrojado al foso de los leones. Pero el profeta Daniel, al oír este decreto, lo desobedeció y oró a Dios. Aunque el rey, que amaba a Daniel, lamentó sus palabras, tuvo que arrojarlo al foso de los leones a causa del decreto.

Sin embargo, Dios salvó a Daniel. Asimismo, cuando el rey Herodes (Mateo 14:3‑11) quiso complacer a su hijastra, la invitó a pedirle lo que quisiera, hasta la mitad de su reino, y se lo concedería. Cuando ella pidió la cabeza de Juan el Bautista en una bandeja, él no pudo retractarse de su palabra y tuvo que mandar matar a Juan. Sabiendo esto, ¿cómo podemos creer que Dios pueda cambiar Su Palabra?

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