EL PROFETA MAHOMA 
MURIÓ POR ENVENENAMIENTO

 

En «La vida del Profeta», Alrowd Alanf parte 4, leemos que cuando el Profeta estaba relajado y satisfecho, Zainab Bent Elharith, la esposa de Salam Ibn Meshkem, le presentó un cordero asado al fuego y preguntó al Profeta qué parte del cordero le gustaba más al Mensajero de Alá. Él respondió: el hombro. Entonces ella aumentó el veneno en esa parte y luego envenenó el resto del cordero; lo trajo y se lo dio para comer. El Profeta comenzó a comer del hombro, pero encontró que el sabor era malo y lo escupió. Con él estaba su amigo Bishr Ibn Albaraa Ibn Maaroor, quien lo comió y lo tragó. 

 

Entonces el Mensajero de Alá llamó a Zainab y le dijo que pudo reconocer que la carne estaba envenenada. Ella lo confesó. El Profeta preguntó por qué lo hizo. Ella respondió: «Mi pueblo me ha dicho algo que tú ya sabes, y pensé que si solo es un rey, nos libraríamos de él; pero si es un Profeta, será advertido». Pues bien, Bishr murió por el trozo que comió. También el Profeta cayó enfermo por el trozo que se llevó a la boca y sus intestinos le provocaron un dolor agonizante hasta que murió. Todos los musulmanes decidieron que el Profeta había muerto como mártir y había sido honrado por Dios.