¿PERMITE DIOS
LA INTRODUCCIÓN
DE RITOS PAGANOS
EN SU NUEVA RELIGIÓN?

 

La tierra de Canaán (hoy Palestina) era la más perversa de las tierras en lo referente a la adoración de ídolos, donde se sacrificaban niños a los ídolos y un gran número de mujeres se dedicaba a la prostitución como parte del culto, además de practicarse la sodomía masculina, lo que obligó a Dios a quemar las ciudades de Sodoma y Gomorra con fuego. Esto llevó a Dios a fundar un nuevo Estado como modelo de un reino cuyo líder fuera Él mismo, y el patrón de adoración se basara en un sistema muy preciso y organizado que revelara los atributos de Dios (descrito en unos dos libros). Por ello Dios estableció el Estado de Israel y les dio la Ley por medio del profeta Moisés, concediéndoles victoria sobre los pueblos de la tierra de aquel tiempo. Les advirtió y previno contra la idolatría para que no sufrieran algo peor que lo que Él había infligido a otras naciones. Sin embargo, pese a estos mandamientos y advertencias, cayeron en el pecado de la idolatría y el Señor permitió que naciones vecinas los dominaran, humillaran y esclavizaran. Cuando se arrepentían, el Señor los restauraba, y su historia confirma esto hasta que finalmente fueron dispersados por el mundo por no vivir conforme a la Ley que Dios les dio, como se declara en:

 

Éxodo 20:2 
«Yo soy el Señor tu Dios, que te saqué de la tierra de Egipto, de casa de servidumbre. 3 No tendrás dioses ajenos delante de mí. 4 No te harás imagen ni figura alguna de lo que está arriba en el cielo, ni abajo en la tierra, ni en las aguas debajo de la tierra. 5 No te inclinarás ante ellas ni las servirás, porque yo, el Señor tu Dios, soy Dios celoso, que visito la maldad de los padres sobre los hijos hasta la tercera y cuarta generación de los que me aborrecen, 6 y muestro misericordia a millares, a los que me aman y guardan mis mandamientos. 7 No tomarás el nombre del Señor tu Dios en vano, porque el Señor no dará por inocente al que tome su nombre en vano».

 

Deuteronomio 4:15 
«Tened, pues, mucho cuidado de vosotros mismos. Ya que no visteis forma alguna el día que el Señor os habló en Horeb de en medio del fuego, 16 no os corrompáis haciendo para vosotros imagen tallada en figura de varón o mujer, 17 figura de animal terrestre o de ave que vuela por el cielo, 18 figura de reptil que se arrastra por el suelo o de pez que vive en las aguas bajo la tierra. 19 Y tampoco, al alzar tus ojos al cielo y ver el sol, la luna y las estrellas —todo el ejército de los cielos— te dejes seducir y te inclines ante ellos y les sirvas; esas cosas las ha concedido el Señor tu Dios a todos los pueblos que hay bajo el cielo».

 

Deuteronomio 12:29 
«Cuando el Señor tu Dios haya destruido delante de ti las naciones a las cuales vas a desposeer, y las desposes y habites en su tierra, 30 guárdate de caer en la trampa de imitarlas después de haber sido destruidas delante de ti, y de preguntar acerca de sus dioses diciendo: “¿Cómo servían estas naciones a sus dioses? Yo haré lo mismo”. 31 No adorarás así al Señor tu Dios, porque ellos hacían a sus dioses todo lo que el Señor aborrece, pues aun a sus hijos e hijas quemaban en el fuego para sus dioses. 32 Cuidarás de poner por obra todo lo que yo te mando; no añadirás a ello ni quitarás de ello».

 

Deuteronomio 7:25 
«Las imágenes talladas de sus dioses quemarás en el fuego. No codiciarás la plata ni el oro que las recubre ni lo tomarás para ti, no sea que caigas en lazos, porque es abominación para el Señor tu Dios. 26 No introducirás cosa abominable en tu casa para que no seas anatema como ella; la aborrecerás totalmente y la detestarás, pues está destinada a la destrucción».

 

Deuteronomio 7:5 
«Así habréis de tratar con ellos: derribaréis sus altares, destrozaréis sus columnas, cortaréis sus Aseras y quemaréis sus imágenes talladas en el fuego.»

 

Éxodo 23:12 
«Poned por obra todo lo que os he dicho; ni siquiera mencionéis el nombre de otros dioses, que nadie lo oiga en vuestros labios.»

 

En el cristianismo, Dios también prohibió acudir a templos paganos y comer carne sacrificada a los ídolos si en el mercado se sabía que había sido consagrada a ellos:

 

1 Corintios 10:14 
«Por tanto, amados míos, huid de la idolatría. 15 Os hablo como a personas sensatas; juzgad vosotros lo que digo. ... ¿No participan del altar los que comen de los sacrificios? 19 ¿Qué quiero decir? ¿Que el ídolo es algo, o que lo sacrificado al ídolo es algo? 20 No, sino que lo que los gentiles sacrifican, a los demonios lo ofrecen y no a Dios; y no quiero que seáis partícipes con los demonios. ... 25 Comed de todo lo que se vende en la carnicería sin preguntar nada por motivos de conciencia, 26 porque “del Señor es la tierra y su plenitud”. 27 Si un incrédulo os invita y queréis ir, comed de todo lo que se ponga delante sin preguntar nada por conciencia. 28 Pero si alguien os dice: “Esto fue ofrecido en sacrificio”, no lo comáis por causa de aquel que lo declaró y por motivos de conciencia; 29 no hablo de vuestra conciencia, sino de la del otro. Pues, ¿por qué ha de ser juzgada mi libertad por la conciencia ajena?»

 

Apocalipsis 21:8 
«Pero los cobardes, incrédulos, abominables, homicidas, fornicarios, hechiceros, idólatras y todos los mentirosos tendrán su parte en el lago que arde con fuego y azufre, que es la muerte segunda».

 

En cuanto al islam, el Profeta (la paz sea con él) permitió la práctica de rituales paganos. Mantuvo la Kaaba en La Meca como centro de adoración tras retirar los 360 ídolos que había en ella y conservó todos los rituales paganos relacionados con la peregrinación (Hayy), que son: el Sa‘i entre Safa y Marwah, circunvalar la Casa (siete vueltas exactamente como en tiempos preislámicos), raparse o cortarse el cabello, permanecer en Arafat, ofrecer sacrificios, suministrar agua y comida a los peregrinos (rifadah) y besar la Piedra Negra si es posible, o señalarla de no serlo, según se detalla en su lugar. La mayoría de los eruditos han convenido en la permisividad de besar la Piedra Negra durante la circunvalación, basándose en la narración de ‘Umar ibn al‑Jattab (que Al‑lah esté complacido con él), quien besó la Piedra Negra y dijo:

«Sé bien que eres una piedra que ni daña ni beneficia, y de no haber visto al Profeta (la paz sea con él) besarte, yo no te habría besado»


como aparece en los siguientes versículos:

 

Al‑Baqarah 2:144 
«Ciertamente hemos visto el giro de tu rostro hacia el cielo; te orientaremos, pues, hacia una qibla que te complazca. Así que vuelve tu rostro hacia la Mezquita Sagrada; y dondequiera que estéis, volved vuestros rostros hacia ella. Los que recibieron la Escritura saben bien que esto es la verdad de su Señor. Y Al‑lah no está desatento de lo que hacen».

 

Al‑Baqarah 2:158 
«Ciertamente Safa y Marwah son símbolos de Al‑lah. Así pues, quien haga la peregrinación a la Casa o la ‘umrah, no incurrirá en falta alguna por recorrerlos. Y quien haga un bien voluntariamente, en verdad Al‑lah es Agradecido, Conocedor. ... 196 Y cumplid la peregrinación mayor y menor por Al‑lah. Pero si os veis impedidos, ofreced como sacrificio lo que podáis. Y no os rapéis la cabeza hasta que el animal sacrificado llegue a su destino. Y quien de vosotros esté enfermo o tenga alguna dolencia en la cabeza, que compense con ayuno, limosna o sacrificio. Y cuando estéis a salvo, quien haga la ‘umrah seguida del Hayy deberá ofrecer lo que pueda como sacrificio; si no encuentra, que ayune tres días durante la peregrinación y siete a su regreso: diez días completos. Esto es para quienes no residan en las cercanías de la Mezquita Sagrada. Temed a Al‑lah y sabed que Al‑lah es severo en el castigo».

 

Asimismo, se impuso el ayuno de Ramadán, que los sabeos practicaban con sus horarios y ceremonias, además de la fiesta del Eid al‑Fitr. Sabemos que los sabeos no proceden de religiones celestiales y se los considera politeístas. Dios no impuso el ayuno a los judíos sino por un solo día —el Día de la Expiación— y dejó a los cristianos sin tiempos específicos, según la necesidad personal, la capacidad y el llamado de la iglesia en tiempos de desastres, persecución y peligros.

 

Al‑Baqarah 2:183 
«¡Oh, creyentes! Se os ha prescrito el ayuno así como fue prescrito a los que os precedieron, para que alcancéis la piedad, 184 por un número determinado de días. Quien de vosotros esté enfermo o de viaje, que ayune igual número de días después. Y a aquellos que puedan hacerlo con dificultad se les concede la opción de redimir cada día alimentando a un necesitado. Quien haga un bien voluntariamente, será mejor para él; y ayunar es mejor para vosotros, si supierais. 185 El mes de Ramadán es aquel en que fue revelado el Corán como guía para la humanidad y pruebas claras de la guía y el criterio. Quien de vosotros presencie el mes, que lo ayune; y quien esté enfermo o de viaje, que ayune el mismo número de días después. Al‑lah desea para vosotros la facilidad y no la dificultad, para que completéis el número de días y engrandecáis a Al‑lah por haberos guiado, y quizá seáis agradecidos».


Es bien sabido que el nombre del Profeta (la paz sea con él) es Muḥammad ibn ‘Abd‑Allāh, lo cual significa que el nombre de su padre es ‘Abd‑Allāh. De ello deducimos que «Al‑lâh» era una deidad adorada en la época preislámica y que es el nombre del dios lunar cuyo símbolo es el creciente, símbolo que los musulmanes colocan en sus mezquitas y banderas. Cuando el profeta Moisés preguntó al Dios que se le apareció en la zarza ardiente por Su nombre, Él respondió que Su nombre es (Yahvé). ¿Acepta Dios cambiar Su nombre glorioso por el nombre de un dios pagano?

 

Se sabe que el día de adoración en el islam es el viernes, que en la época preislámica se llamaba Al‑‘Arubah. Ka‘b ibn Lu’ayy (séptimo antepasado del Profeta) solía dirigir un discurso a los coraishíes ese día, y por ello el islam lo llamó Al‑Yumu‘ah (viernes, «día de reunión») pues la gente se congrega para la oración, nombre derivado de «reunión». De lo anterior concluimos que la elección del día Al‑‘Arubah para la oración está relacionada con la época pagana preislámica.

 

De lo expuesto, vemos que muchos rituales islámicos mantienen una fuerte conexión con la adoración pagana, lo cual va en contra de los principios y leyes del Señor Dios, que no puede aprobar tales prácticas.

 

Tienes libertad para creer lo que quieras, pero, por favor, no me llames infiel.